La música electrónica se disfruta más cuando tienes a tu disposición distintos géneros para elegir qué escuchar, a quién ver y en dónde. He aquí el valor que tiene como cimiento cualquier festival. El éxito de Tomorrowland en Bélgica, Electric Deysi Carnival en Las Vegas o el mismo Creamfields en UK, radica en la calidad de experiencia que se le ofrece al público.
En el caso del Ultra Music Festival, evento que anualmente se celebra en Miami y tuvo su primera edición en 1999, siempre tuvo la consigna de reunir a los mejores productores y DJ de música electrónica. Con el pasar de los años, expandió sus fronteras, llegando a cerca de 20 países diferentes de los cinco continentes del mundo.
Todo festival de música electrónica necesita de un escenario principal que sea la cara del evento. Es como la cabeza y el corazón a la vez.
Ultra, siempre acostumbrado a deleitar a sus invitados con imponentes main stages, presentó un diseño impresionante, con pantallas de extremo a extremo, las cuales se lucieron hasta en la misma U central que lo caracteriza.
No hubo nada que envidiar a los escenarios que se presentaron en Brasil, Sudáfrica o Croacia. La cancha del estadio San Marcos calzó perfecta para albergar a este enorme monstruo que solo los más grandes del género pueden domar.