En el Santuario de Fátima, este sábado, el Papa volvió al tema central repetido en cada baño público de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Portugal.
“La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar”, afirmó ante 200,000 creyentes, refiriéndose a las actividades en donde se les brindaba comidas a los pobres y se sentaba a comer con ellos; además de la comunidad, quienes han sido perseguidos hasta la actualidad.
Como se recuerda, hace unos meses el Pontífice se pronunció respecto al rechazo de la iglesia y de sus integrantes hacia la comunidad LGBTQ+ y llamó al respeto y conversión de los obispos para ayudar y proteger a todos los individuos, independientemente de su orientación sexual.
«Sí, (la iglesia) tiene que hacerlo (trabajar para abrogar esas leyes). Lo que pasa es que son culturas, culturas en un estado y en obispos de ese lugar, si son buenos obispos, son parte de la cultura y algunos tienen la mente todavía en esa cultura. Estos obispos tienen que tener un proceso de conversión. Con respecto a los obispos de esos lugares no tengo mala información sobre nadie. Están abiertos a ayudar no sólo en esto, sino también en otros problemas. Pero, ternura, por favor, ternura como Dios tiene con cada uno de nosotros», afirmó el Papa Francisco.
Finalmente, llamó a que los obispos busquen el cambio y reconozcan la dignidad de todos los integrantes de la iglesia, sin excepción, e instó a la ternura.
